Santiago Amengual Balbontín (Quillota, marzo de 1815 – Santiago, abril de 1898)
El propósito de estas líneas es
entregar más informaciones alusivas a los olvidados soldados quillotanos del 79
basándonos en el libro de Francisco A. Figueroa y en el diccionario (1925) de
Virgilio Figueroa.
Las
500 páginas de la obra de Figueroa pretendían recopilar “todo cuanto se haya
escrito o haya hecho el batallón Quilota en su corta y gloriosa campaña en el
Perú, testificando con los documentos oficiales respectivos el asunto de que se
trate”. Se constata que “El Correo de
Quillota” era el único periódico que había en el departamento de Quillota entre
los años 1879 y 1882.
Del
importante periódico santiaguino “El Ferrocarril” (septiembre de 1880) Figueroa
transcribe lo siguiente sobre nuestro batallón: “Este hermoso batallón cuenta
en sus filas a hombres de las profesiones y oficios más diversos, entre ellos
el conocido aeronauta Laiscelle, farmacéuticos, telegrafistas, mecánicos,
sastres, peluqueros, zapateros, herreros, y hasta un célebre titiritero
…”. Al respecto, con fecha 7 de octubre
de 1880, se copia que en Iquique “Eduardo Laiscelle, sargento de la 4ª
compañía, hará mañana a las 9 A. M. su ascensión aerostática en su globo
llamado “El Vencedor”.
No
olvidemos que el comandante del “Quillota” era José Ramón Echeverría,
agricultor que residía en su fundo “El Olivo”.
Antes fue comandante del escuadrón Nº1 de caballería de Purutún. Falleció “de una enfermedad que contrajo en
campaña”, después de la guerra.
Algunas
fechas del batallón: partió de Valparaíso, en el transporte “Angamos”, el 21 de
septiembre de 1880; cuatro días después
llegó a Iquique y el 14 de enero de 1881 desembarcó en Chorillos y acampó en el
cerro llamado “El Salto del Fraile”.
Según Figueroa, sufrió 126 bajas
(muertos y heridos): 8 oficiales y 118 soldados. Uno de los soldados heridos fue Augusto
Poublete.
Así
como la villa de Puchuncaví “dio un buen contingente de voluntarios al
movilizado Quillota”, más de 300 voluntarios quillotanos se incorporaron al
“Cazadores del Desierto” y más de 400 al “Batallón cívico Lautaro”, antes del
21 de mayo de 1879.
En
nuestra ciudad, la guerra motivó la aparición de instituciones y organizaciones
desde mayo del 79:
- La
Junta Central de Subsidios, presidida por el Gobernador, y sus
subcomisiones colectoras de fondos.
- Comité
de Señoras.
- Comité
Sanitario de la Cruz Roja, “con el fin de recoger erogaciones para el
socorro de los heridos de la guerra”.
- “La
Protectora de Quillota”, desde agosto de 1880, para atender a las familias
de los soldados del batallón y a los soldados mismos. Nueve vecinos presididos por el
filántropo José Francisco Hevia.
Para
finalizar, nos referiremos brevemente a un militar que mencionamos en el texto
anterior; Santiago Amengual Balbontín
(Quillota, marzo de 1815 – Santiago, abril de 1898).
“El
7 de junio de 1879” partía al Perú como comandante del regimiento movilizado
Esmeralda, organizado con los futres del Portal, y el 28 de enero de 1880 se le
nombraba jefe de la 1ª división del ejército del norte. El 17 de julio de ese año se le ascendió a
general de brigada y el 18 de agosto de 1888 a general de división, grado en
que obtuvo cédula de retiro absoluto el 8 de noviembre del año indicado”.
El
año 1891 volvió al servicio para apoyar al gobierno de José Manuel Balmaceda,
como lo había hecho con otros gobiernos en 1837, 1851 y 1859. Los traidores lo expulsaron del ejército.
Anteriormente,
había participado en la guerra contra la Confederación peruanoboliviana.