“Quillota, á 21 leguas N. O. de Santiago, la
capital, está á 12 N. E. de Valparaíso. Esa ciudad bastante bonita, larga y
estrecha está situada en un valle mui risueño.
Produce en abundancia todo
lo necesario para la vida; sus campos se ven sucesivamente cubiertos de cebada,
maíz, avena, lino, cáñamo, viñas y otros frutos de Europa.
Los víveres son tan
comunes que se dan ocho panes—pesa cada uno seis onzas—por la menor moneda de
plata del país y que equivale á seis sueldos, tres denarios de Francia; por la
misma suma se pueden obtener doce ó veinte huevos y también carne en
proporción.
Observaré aquí, que ésta,
siendo la menor moneda del lugar, es considerada en el mercado como un sueldo
de Francia, más ó menos. La modicidad de ese precio da ocasión para que
fácilmente se juzgue la abundancia de víveres en Quillota pues, en ninguno de
Europa, ciertamente, se podría obtener la misma cantidad de víveres con suma
tan pequeña.
Hay, igualmente, mucha
leche con la que hacen un excelente queso de chanco, renombrado por su bondad y
con el que se hace gran comercio: su forma es redonda y aplastada como el de
Gruyere tan conocido en Francia, y el peso de cada queso es de ocho a treinta y
dos libras. Dudo que en Europa se encuentre otro tan bueno.
Se fabrica buena tela de
lino y cordeles con el cáñamo que ahí se cosecha, lo que produce grandes entradas
á la ciudad por el extenso comercio que tiene con Lima para el uso de sus
embarcaciones.
Son encantadores los
contornos de la ciudad: llenos de jardines cultivados con arte y simetría;
producen frutas tan buenas y tan grandes como en Santiago. La temperatura es la
misma.
Como ya lo he dicho, la ciudad
es estrecha; pero su largo es bastante espacioso para contener los ocho mil
habitantes que encierra. Las casas, en jeneral, son bajas; es raro que tengan
otros departamentos que un principal; no obstante su uniformidad, se las ve muy
lindas y formar largas calles muy hermosas.
Los habitantes son afables
y muy inclinados a las diversiones; aman mucho la música y tocan muy bien la
guitarra, su instrumento favorito; también tienen pasión por la danza, que
ejecutan con gracia y ligereza; pero tienen irresistible inclinación por la bebida.
Hé aquí su manera de
bailar: aunque las mujeres son por naturaleza muy vivas, en la mayor parte de sus
danzas llevan sus brazos pendientes ó plegados bajo el rebozo, que es una
especie de manteleta. Al bailar el zapateo, una de las danzas más en uso,
tienen los brazos levantados y golpean á menudo las manos como pasa en algunos
bailes en Francia. El zapateo se baila con cambios de sitio, por decirlo así, y
se sostienen en la punta de los pies y en los talones; parece que apenas se
mueven, más bien se deslizan que tienen cadencia.
Hay, sin embargo, una
danza muy animada y muy lasciva que se baila mucho y se llama lariate nombre derivado ele los indios de la
provincia: ha sido introducida por los negros de la Guinea y los españoles la
bailan en casi todos sus establecimientos.
El gusto es tan vivo y
original, que hasta los mismos niños la bailan apenas se pueden tener en pié.
Este baile tiene lugar al
son de la guitarra y del canto.
Los hombres se colocan
frente á frente de las mujeres y los espectadores forman un círculo alrededor de
los bailadores y de los tocadores: uno de esos espectadores ó de los bailarines
canta una canción cuyo estribillo es repetido y seguido de palmoteos de manos; los
bailarines entonces con los brazos semi-levantados, saltan, giran, se mueven
para atrás y para adelante, se aproximan á dos piés los unos de los otros y
retroceden cadenciosamente hasta que el son del instrumento ó el tono de las
voces les advierte que deben acercarse; entonces se golpean el vientre los unos
á los otros, tres ó cuatro veces seguidas, y se alejan saltando, para hacer los
mismos movimientos, con ademanes muy lascivos é indecentes regulados por el son
de los instrumentos: de cuando en cuando entrelazan los brazos, dan varias
vueltas, continuando en golpearse el vientre y dándose besos, pero sin perder
la cadencia. Se asombrarían en Francia con un baile tan indecente; pero casi es
común á todos los países de la América Meridional.
Diré también que en esos
bailes es de regla beber vino, aguardiente ú otros licores y también fumar el
cigarrillo”
Viajes
por el interior de la América Meridional. Julian Mellet. Imprenta y Encuadernación
Universitaria. Santiago 1908. CAPITULO XV,
Quillota.—Baile del país.—Valparaíso.—Almendral. Traducido de la 2. a
edición francesa de 1824.