Batalla de
Chacabuco. José Tomás Vandorse. Óleo sobre tela. Colección de Pintura y
Estampas. Museo Histórico Nacional.
¿Qué sucedió en Santiago, Valparaíso y
Quillota horas y días después de la batalla de Chacabuco (12 de febrero de
1817)? Para saberlo, recurrimos al tomo X de la «Historia general de Chile» de
Diego Barros Arana (finales del siglo XIX).
Al finalizar la batalla, Bernardo O’Higgins,
“… pedía que se le diese el mando de un
cuerpo de mil hombres de la división que no había entrado en batalla,
comprometiéndose a caer rápidamente sobre Quillota y Valparaíso, sublevar esos
distritos i cortar toda retirada a los fujitivos. San Martín, por un exceso de
prudencia, no aprobó ese parecer…” (Aquí y más adelante respetamos la
ortografía original). La decisión del argentino sigue originando polémicas.
En
Santiago, el triunfo patriota dio lugar a desórdenes: el populacho saqueó el
palacio de los gobernadores y las casas de los españoles. El vecindario
reacciona nombrando un gobernador local y restablece el orden.
Las autoridades realistas de Valparaíso
hicieron circular rumores falsos sobre éxitos militares españoles después de
Chacabuco, pero “en la tarde del 12 de
febrero llegaba allí una noticia que iba a desmentir esos rumores. El pueblo de
Quillota, ajitado por la conmoción general en todo el país, había depuesto a
las autoridades del distrito i pronunciándose en abierta sublevación. Inmediatamente,
el gobernador de Valparaíso dictó las órdenes más premiosas para reprimir ese
levantamiento. Organizó un cuerpo de doscientos milicianos de infantería i de
caballería i de unos cuantos artilleros con un cañón, i dispuso que en la
mañana siguiente marchase sobre Quillota bajo las órdenes del comandante José
Rodríguez Ballesteros, que se hallaba accidentalmente en Valparaíso.
Esa columna no alcanzó a
ponerse en marcha. Antes de medio día del 13 de febrero comenzaron a llegar a
Valparaíso grupos de soldados dispersos, que iban huyendo de Santiago o del
mismo campo de batalla, i que contaban el desastre irreparable del ejército
realista.”
Al respecto, Barros Arana cita un libro
en francés de un testigo presencial, el capitán Camille de Roquefevil:
“Llegaban
por bandadas, la mayor parte sin jefes y sin subordinación, adelantándose los
oficiales a sus soldados. Cada cual trataba de embarcarse en los buques que
había en el puerto, donde nada estaba dispuesto para la recepción de las
tropas. El desorden había llegado a su
colmo.”
Benjamín Vicuña Mackenna, en «De
Valparaíso a Santiago» (1877), constata “que
el pueblo de Quillota se levantó por la patria el 10 de febrero de 1817, dos
días antes de la batalla de Chacabuco”. ¿Hubo dos sublevaciones de los
Quillotanos?