viernes, 6 de octubre de 2017

Hace 100 años hundieron al Quillota



El SV Quillota fue hundido por un crucero británico al ser confundido por un navío alemán.

En nuestro permanente periplo en busca de referencias históricas y literarias sobre Quillota nos hemos encontrado con curiosas coincidencias. En este anecdotario destacan los navíos que han llevado el nombre de nuestra ciudad. Dentro de éstos, entre los cuales hay un buque de guerra, recordamos hoy el desafortunado fin de dos de ellos, ambos  transportes de bandera francesa, a propósito del centenario de uno de los naufragios.

Efectivamente el 6 de octubre de 1917 zozobraba, en aguas del Atlántico Norte, víctima de fuego amigo el SV QUILLOTA, un velero de acero de tres mástiles, 2.500 m2 de aparejo, 86 metros de eslora y 2 mil ochocientas toneladas de desplazamiento, construido en los astilleros de Saint-Nazaire 15 años antes.

Sus dos cañones de armamento fueron inútiles para evitar que el crucero auxiliar británico  HMS MANTUA lo confundiera con el raider germano SEEADLER que asolaba la zona. El desafortunado capitán Mal y su tripulación de treinta marinos fueron prontamente socorridos. Lamentablemente uno de los tripulantes durante las maniobras resultó muerto al ser aplastado por un bote salvavidas contra el casco del navío.


El pintor francés Victor Charles Edouard Adam (1868 - 1938) retrató en 1898, en este oleo sobre tela, al SV Quillota dejando el puerto de Le Havre a toda vela. Como una licencia del autor, y haciendo referencia al origen del nombre de la embarcación, ondea en su mástil mayor la bandera chilena.

Peor suerte había corrido el 12 de noviembre de 1901, el anterior SV QUILLOTA, un velero de tres palos revestido completamente de hierro construido en 1876 por la factoría británica Robert Steele & Co. siendo bautizado con el nombre de SV BRAHMINAND. 

El navío, capitaneado por Celestin Delepine y su tripulación de veintidós marinos, fue atrapado por una tormenta en su travesía entre Nantes y North Shields en las islas británicas. No obstante no fueron las inclemencias meteorológicas la única causa de la muerte de diecisiete de sus tripulantes en las costas de Hendon Beach en Sunderland.

Como se consignaba en las páginas de ”La Vida Marítima”, Órgano de Propaganda de la Liga Marítima Española, en su edición del 30 de marzo de 1902,   

En las  costas  de  Sunderland, el remolcador  inglés   Flying  Dragón  remolcaba  el brik-barca  francés Quillota;   encapotado  el  tiempo  y  bajo  un  chubasco   duro,  ambos   buques  se  vieron  aconchados  sobre  los  arrecifes,   y  el  Capitán  del  remolcador,  egoistamente  y  sin  previo  aviso,  picó  los  remolques,   sordo  á los   clamores   de  auxilio  de  la  tripulación  del  Quillota, conducta  egoísta  y  antihuinanitaria  del   Flying    Dragón    acaba   de verse  ante  los  tribunales  ingleses,  quienes,  si  bien   han   condenado  al  Capitán  al  pago  de  indemnización  por  la  pérdida  del  buque  francés,  no han  encontrado,  según  dicen,  razón  alguna  para  castigar  su  falta   de  humanidad   y   egoismo   en  procurar  el  salvamento  de  vidas”.