martes, 26 de agosto de 2025

Expedición a Quillota

 


Detalle mapa de Chile 1670?


Prologamos esta nueva sección conmemorando los 50 años que se cumplen desde que se publicara el primer ejemplar de Expedición a Chile, revista iniciativa del ingeniero y matemático Alberto Vial Armstrong, el abogado Mario Correa Saavedra y el entomólogo Luis Peña Guzmán, creada con el objetivo de redescubrir el país a través de la óptica científica multidisciplinaria. La oferta editorial de Gabriela Mistral, sucesora obligada –tiempos de dictadura- de la icónica Quimantú, incluía, al modo de Salvat y el naturalista Félix Rodríguez de la Fuente, manuales o guías de  campo, un notable complemento didáctico.




Vista de Los Andes desde Quillota?. Caldcleugh, Alexander, Travels in South America during the years 1819, 1820, 1821; containing an account of the present state of Brazil, Buenos Ayres, and Chile.

 

Ciudad romántica de raíz colonial: Medio siglo después, emprendemos nuevamente marcha en búsqueda de los indicios que nos permitan recopilar antecedentes identitarios de nuestro territorio. El segundo Quillota el fundado bajo la política bornica como villa a principios del siglo XVIII, del cual sólo queda como recuerdo la Plaza de Armas rodeada por la cuadcula de las manzanas originales. Más bien nos referiremos al tercer Quillota, la ciudad que se conceptualiza en el ideario colectivo desde mediados del siglo XIX (Vicuña Mackenna, 1877). como un vergel de frutas neotropicales, con un clima único y benigno, cuna de hermosas mujeres, asilo de notables latinoamericanos, cuna de filántropos, liberales, escritores, filólogos y soñadores, visitada por notables viajeros; signada por la llegada del ferrocarril y coronada por su cerro en el que como fatal atalaya instalaron el primer cementerio público. Una ciudad pujante que se aletar hasta quedar dormida en el último tercio del siglo XX:  De la pléyade de nombres, instituciones, tradiciones y acontecimientos de su historia sólo algunos pocos son recordados. Un amasijo informe da nombre a la trama inorgánica de calles, pasajes y callejones; barrios, condominios, villas y poblaciones.  El crecimiento urbano, significó el traslado de la línea férrea, la desaparición de la estación de ferrocarriles, el fin de muchas edificaciones patrimoniales, el rompimiento de la fachada continua, la pavimentación de suelos para edificar poblaciones, trasladar los cultivos a los cerros, la contaminación de la ribera y cauce del o y el poblamiento de su cerro.




Quillota. Caldcleugh, Alexander, Travels in South America during the years 1819, 1820, 1821; containing an account of the present state of Brazil, Buenos Ayres, and Chile.

 

El valle que dio nombre a un reino: Paradójicamente la escasa historiograa está de acuerdo en que los ogenes de Quillota se confunden con los de Chile (Keller, 1960) pues nadie puede negar que era el principal asentamiento incaico en el valle que dio primero nombre al Reyno y luego a la República. Pero incluso en este punto no existe claridad ni sobre la etimología de Chile y su exacta relación con  la  voz  Quillota. Es que este peodo prehispánico es a la vez el más significativo y el más nebuloso. Los aportes de la arqueología sumados a las crónicas de los conquistadores, nos hablan de un poblamiento temprano multicultural, al  intento  incásico  de  convertir  el  mitimae  en  la  capital  de Kollasuyo y la definitiva invasión hispánica que puso término al primer Quillota que no era sino otro que el mismo Chile.

 



Latifundio y mestizaje: raíces coloniales del campesinado

 


Durante los siglos XVI al XVIII, la economía chilena se organizó en torno a un sistema latifundista donde coexistieron la encomienda, la servidumbre indígena y posteriormente el inquilinaje.


Según Gabriel Salazar y otros investigadores, este sistema dio origen a un campesinado producto de la disolución de comunidades indígenas, de la marginalidad de los mestizos sin herencia y del excedente de población española pobre. Una clase heterogénea y subalterna, sin acceso a medios de producción propios, integrada por inquilinos, peones, mitayos, yanaconas y más tarde, afrodescendientes liberados o fugados del sistema esclavista.




La administración colonial absorbió el mitimae inca, con su producción agrícola y minera sustentada en una organización social jerarquizada. Luego, la crisis aurífera de  fines del siglo XVI impulsó la transición hacia un modelo basado en estancias ganaderas y haciendas, donde los indígenas supervivientes fueron reasignados como mano de obra agropecuaria. La consolidación del latifundio (siglos XVII-XVIII) es reflejada en nuestro valle con el surgimiento de más de una quincena de grandes propiedades, como Pocochay, Purutún, Ocoa y San Isidro, controladas por encomenderos, la Iglesia y mayorazgos. Estas se expandieron mediante compras, herencias y donaciones, concentrando la tierra fértil del valle. El incremento de la demanda interna y  externa de trigo, consolidó la vocación agrícola del valle. Esto incrementó la necesidad de mano de obra, que se reflejaría en una estratificación social y formas de campesinado propias.

Los datos poblacionales del corregimiento de Quillota, según el primer censo general del Reino de Chile, ordenado por Carlos III, 1777-1778, registró una población de 18.530 habitantes: Españoles (blancos): 14 142 76%. Mestizos: 960 5%. Indios (población indígena): 2 169 12%. Negros y mulatos: 1 259 7%. 

El campesinado se componía por: Inquilinos: Campesinos asentados en las haciendas a cambio de trabajo permanente. Vagabundos y peones: Mestizos, mulatos e indígenas expulsados de las haciendas o sin tierra, que vagaban buscando trabajo temporal.




La estructura social estamental colonial se componía  por peninsulares y criollos blancos: encomenderos y hacendados con poder político, propiedad de tierras y posición social privilegiada. Un estamento  intermedio de mestizos que se desempeñaban en oficios artesanales, cultivo, comercio y administración colonial de menor rango y los estamentos subordinados: Indígenas: organizados en comunidades por parcialidades lideradas por caciques responsables ante los encomenderos y autoridades reales, y finalmente negros y mulatos  vinculados a trabajos domésticos, mineros o agrícolas.

Las dinámicas de transformación del siglo XIX implicaron la apertura de nuevos mercados, California e Inglaterra, teniendo como consecuencia el incremento del valor de la tierra, consolidando el latifundio y marginando a los campesinos sin recursos.

 


NE: El fotógrafo, cronista y pintor hispano, Rafael Castro y Ordoñez nos legó viñetas de la Hacienda “Quinta Nueva Iberia”, propiedad de la familia Herboso España, producto de sus visitas a nuestra ciudad en su paso por Chile como miembro dla Comisión Científica del Pacífico en 1864, retratos de una sociedad desigual. Se aprecian ranchos de inquilinos, trabajadores y vista de casa patronal con sirvientes y dueños de casa.  Imágenes del Museo Nacional de Antropología.CER.es (http://ceres.mcu.es), Ministerio de Cultura, España.

 


lunes, 10 de abril de 2023

Procesión del Pelícano año 1906




Sucesos” fue una publicación  fundada en 1902 en la ciudad de Valparaíso por los hermanos Gustavo y Alberto Helfmann. El semanario ilustrado,  destinado a divulgar los acontecimientos de la actualidad noticiosa, nacional y extranjera, y crónicas junto a caricaturas y fotografías instantáneas, circuló hasta 1932.

Gracias a la digitalización realizada por la Biblioteca Nacional de Chile podemos compartir texto y gráficas contenidas en la edición correspondiente al 20 de abril de 1906, breve pero significativo último registro de la Procesión del Pelícano, antes que el terremoto del 16 de agosto de ese mismo año destruyera la mítica figura y el conjunto de andas que se guardaban en la Iglesia San Agustín (ubicada donde hoy está el Instituto Rafael Ariztía) poniendo fin a los más de 130 años de la célebre tradición religiosa popular quillotana.

 


La ciudad de Quillota, la aconcagüina por excelencia, ha celebrado también con toda solemnidad las festividades de Semana Santa.

La inmemorial Procesión del Pelícano ha sido, sin duda, el acto que ha revestido mayores proporciones.

Quillota, durante los días de Semana Santa, toma un aspecto especialísimo.

Se hace estrecha para contener la afluencia de gente que va desde Valparaíso y los pueblos vecinos, con casi el objeto único de presenciar la Procesión del Pelícano, célebre ya en la historia, desde la época de Felipe IV.


Esperando la salida de la procesión en San Agustín

Las casas de pensión, los hoteles, etc., no pueden, en esos días, con tanta gente, las que pagan muchas veces hasta aquello que no tienen por darse el placer de ver el Pelícano.

Después de efectuar en las distintas iglesias las ceremonias de costumbre en estos días, el Viernes por la tarde se organizó la procesión que debía salir de la iglesia de San Agustín a las 6.




El orden que tomó ésta fue el siguiente:

1° La Oración del Huerto, 2° Los Azotes, 3° N. S. Rey de Burlas, 4° La Cruz a Cuestas, 5° El Calvario, 6° El Descendimiento, 7° El Sepulcro y el Pelícano que lleva en el dorso el cuerpo de Jesús muerto, y 8° La Soledad, la Virgen Dolorosa, rodeada de niñitas vestidas de ángeles llevando las insignias de la Pasión.

La procesión recorrió un trayecto que formó, según las calles que atravesó, un número 8, es decir, siguió los costados Poniente, Sur y Oriente de la Plaza, embocó en la calle de Maipú y recorrió la manzana situada entre esta calle y las de Freire, Chacabuco y O'Higgins, volviendo al punto de partida por el costado Norte de la Plaza.

Desde los primeros momentos en que las campanas anunciaron la salida de las andas, se notó en los miles de espectadores un movimiento espontáneo, a fin de asegurar sus lugares y poder presenciar o seguir tras la procesión. El Pelícano, el anda principal, fue este año adornado con todo gusto, lo que le daba un aspecto muy distinto al de años anteriores. Las demás andas también se ostentaban hermosas. La procesión se efectuó felizmente, sin que ocurriera el menor contratiempo.




Como acontece siempre, el servicio de trenes en que efectuaron su regreso los que asistieron a la Procesión del Pelícano fue detestable.

Varios inconvenientes, mal estado del equipo, falta de carros, atraso en las horas de llegada y partida, etc.

Es de hacer notar esto, como una prueba del mal servicio, que el tren expreso que debe pasar según itinerario a las 9.40 por Quillota, lo hizo a las 10.30; tomó allí una enorme cantidad de gente, sufrió varios accidentes antes de llegar a San Pedro, y llegó a este puerto, a la estación del Barón, a las 2.30 de la mañana”.