viernes, 19 de marzo de 2021

La Esfinge, según Colin Wilson

 



Fotografía alrededor de 1860. Imagen: P. Dittrich / Biblioteca Pública de Nueva York

 

“En la mole de piedra de la Esfinge están grabadas las huellas de una sabiduría que trasciende la dictadura del tiempo”.

Colin Wilson, investigador riguroso de los secretos de la mente y de la historia, levanta el velo que oculta una fascinante continuidad entre los momentos estelares de las grandes civilizaciones:

 

  • El apogeo de una cultura singular en la Antártida antes de la glaciación.
  • La dispersión de dicha cultura tras un cataclismo cósmico.
  • La aparición de monumentos megalíticos en Egipto, Europa y América.
  • El cultivo de las artes herméticas por los constructores, los astrólogos, los alquimistas, los druidas, los chamanes.
  • Los hallazgos de Carl Jung, Fulcanelli, Edgar Cayce y otros visionarios.

 

No fueron coincidencias.  La Esfinge encierra las claves de una mente colectiva que rigió los destinos de la humanidad y que puede volver a regirlos.  Colin Wilson nos ayuda a descifrar esas claves”.

Este párrafo, el primero de los escogidos para esta nota, es la presentación del libro “El mensaje oculto de la Esfinge” que Wilson publicó el año 1996 con el título “From Atlantis to the Sphinx”.  Al año siguiente apareció en España.  Son 339 páginas que incluyen la introducción y diez capítulos.  El autor dedica el texto a John West, Graham Hancock y Robert Bauval “amigos sin cuya ayuda no hubiera podido escribir el presente libro”.  Es una dedicatoria ejemplar.

La obra es rica en informaciones, puntos de vistas polémicos y referencias a autores y sus obras.  Muy interesante es el capítulo 6 titulado “La antigüedad del hombre” que en 31 páginas alude a los hombres de Piltdown, Neandertal, Cromañón, Pekín, al Eslabón Perdido, etc.

“Los egipcios eran un pueblo afortunado.  Su país era una especie de tubo, con el mar en un extremo y las montañas en África en el otro, y colinas a ambos lados del Nilo que les protegían de los enemigos y de los vientos abrasadores.  En agosto ya se ha recogido la cosecha y los campos aparecen secos y agrietados.  Entonces las aguas del Nilo suben e inundan la tierra y la dejan cubierta de un limo rico en el cual los agricultores se apresuran a plantar nuevos cultivos… No es extraño que los egipcios aparecieran como un pueblo sereno y satisfecho a ojos de los escritores de la antigüedad”.

La Esfinge con unos 73 metros de longitud y unos 20 de altura, tantos como los de un edificio de seis pisos, es uno de sus célebres monumentos.  Egipto: 1 millón de habitantes.

“…, según los historiadores modernos, la Esfinge fue construida más o menos al mismo tiempo que la segunda pirámide de Gizeh, hacia 2.500 a. de C., probablemente por el faraón Kefrén, hijo (o hermano) de Keops, supuesto constructor de la Gran Pirámide.” Los investigadores y escritores heterodoxos, incluido Wilson, creen que las construcciones son más antiguas y están relacionadas con la Atlántida.

Nuestro autor tampoco concuerda con las afirmaciones de otro alternativo, Erich von Däniken, a quien califica como “sumo sacerdote de lo improbable”.

Para otra oportunidad, dejamos el comentario alusivo al capítulo 5 del libro, titulado “El reino de los dioses blancos”, relacionado con civilizaciones americanas: aztecas y mayas, por ejemplo.  Y responde a preguntas: ¿Se construyó Tiahuanaco en 15.000 a. de C.?, ¿Esperaban que Viracocha volviese por aire?

 

 Augusto E. Poblete Solar