“Quillota es historia desde sus
comienzos” dice la frase que inicia cada uno de los veintisiete textos que
hacen el poemario “Quillota a flor de piel” (Ed.Balandro, 2012) de Dina Ampuero
Gallardo, la maestra quillotana que alguna vez vino desde Chiloé (1).
Y pareciera que
en ese estribillo, insistiendo en la temporalidad de Quillota, se anuncia una
de las claves que el canto popular tiene para trasformarse en el juguete oral
que ha de llevar el poema a la memoria colectiva, al tema compartido y, sobre
todo, a señalar el civismo de la autora, además de esa característica de todos
nuestros bardos populares: el amor al terruño.
“En Quillota el
mundo es suave y preciso”. De generosos convencimientos, la señora Dina
enhebra su poesía en afán candoroso, pueblerino... Ensimismada en la percepción
de la “aldea”, la cuida aún más. Aquí “el rumor del mundo casi no se nota”,
imagina. Y se podría pensar que insiste en un regreso a la bucolia, a lo
pastoril ido; si no fuera porque además del ruedo, o la ronda, también aparecen
el Hospital, el Mall del centro, “el gran caracol”, las calles, el
estadio, ¡el sheriff de Quillota! y el comercio...
que nada tienen de pastoriles.
Así,
tras “Quillota es historia desde sus comienzos”, cada poema surge como el
tema que la poeta ya anunciaba en el prólogo. Serán, dice, “alegres noticias”,
“espontáneas notas”, “fechas memorables” que ofrece “en forma breve, reducida,
ligera, sobre mis impresiones”.
Cronista o
juglar de su ciudad, incondicional a ella, va ordenando los poco tradicionales
materiales poéticos para aunar un llamado y una mirada piadosa, un consenso
ciudadano. Como una prestidigitadora, baraja sus temas y los lanza al aire.
Hace malabarismos hasta con las imágenes más domésticas y discretas del pueblo.
Entre medio, algún verso maestro tiene por misión aglutinar este canto
callejero.
Me detuve en
silencio, asombrado ante esos versos que sostienen la arquitectura de su mirada
bondadosa. De una actualizada pertinencia telúrica me pareció “la lluvia nos
moja midiendo sus gotas” y, más territorial, “el Aconcagua mide sus caudales”.
Es que la profesora/pintora como que nos hace una clase de reforzamiento ecológico;
por eso, didáctica, nos regala pequeños cuadros de lo mismo, para que no
olvidemos que “el abecedario nace en la infancia” o, antes, “desde los albores
de la flor del palto”.
A propósito,
maravillosas “paltitas” poéticas pueden cosecharse en el libro... ¡Perdónenme
metáfora tan doméstica, pero es que me siento tan regalado de Quillota!
Mucho con la
ronda, como en toda canción popular, hay en estos poemas: “Las siembras
son trenzas de la tierra agreste / y se peinan solas, con la brisa leve”. Una
ronda. Un aire escolar. Textos que giran y giran alrededor de la querencia, en
redondel mistraliano, haciendo danzar a Quillota.
Cantora
generosa, promueve una afiatada convivencia coral. Ella es más trovadora que
poeta. Esta vez no congenia –como en libro anterior– con el misterio ni el
resplandor hermético de la poesía. En cambio, como trovadora, festeja, celebra,
recuerda, recomienda y, sobre todo, vaticina. Y el vaticinio es arte; es algo
como anticipar que “los paltos se elevan buscando estrellas”.
Gustavo Boldrini Pardo
1) DINA DEL CARMEN AMPUERO GALLARDO
nace en Quellón – Chiloé, donde trabajan sus padres: su madre directora de
escuela y sus padre marino mercante y luego agricultor. Estudia Humanidades en
el Liceo de Ancud. El Bachillerato lo realiza en Santiago. Ingresa al Instituto
pedagógico a estudiar Castellano. Luego de dos años ingresa a estudiar a la Escuela de Bellas Artes de
la Universidad
de Chile y se recibe de Profesora de Estado en Artes Plásticas. Se perfecciona
tres años en Orientación. Hace clases en establecimientos de Santiago, Castro,
Quillota y Curacaví, donde jubila. De su extenso quehacer artístico – literario
podemos señalar que perteneció al “GRUPO FUEGO DE LA POESÍA” y al “CÍRCULO
LITERARIO DE QUILLOTA” y que a la fecha ha publicado dieciocho libros.
Actualmente tiene su última creación denominada “El Mar” en proceso de edición.
SU POESÍA ha recorrido el mundo al
ser publicada en diversas antologías en Perú, Argentina, Brasil, Estados
Unidos, México, República Dominicana, España, Francia y Alemania. Asimismo ha
participado en diversos encuentros literarios a lo largo del país y en el
extranjero y premiada en diversos concursos y bienales tanto nacional como
internacionalmente, entre los que destacan: Premio de selección y
musicalización del poema “La
Cestera” Televisión Nacional (1982); Premio Novena Bienal
Internacional de Poesía Breve, Valparaíso 1999; y Primer Premio Concurso
Internacional “Poemas por la Paz”
Atenea Creation Art Center, Miami Estados Unidos 2004.
De su VETA PLÁSTICA podemos señalar
que ha realizado diversas exposiciones individuales y colectivas como la Primera Exposición
de Escritores – Pintores en 1989 y su faceta de ilustradora que desarrolló para
la revista “Mancha” en Ciudad Real, España. Recientemente lanzó su último
trabajo literario “QUILLOTA A FLOR DE
PIEL” autodefinido como un canto popular de alegres noticias, espontáneas
notas, fechas memorables, admiración o recogimiento, todo en forma breve muy
reducida y ligera sobre sus impresiones de nuestra ciudad de Quillota. (NE).-