En primer término reproducimos la fotografía y las firmas de nuestro curso:
5º año B, de 1956, de la
Escuela Normal de Viña del Mar. Los ocho egresados del Liceo
de Hombres de Quillota fotografiados son: Arriba: Arnoldo Benavides; segunda línea: Renato Araya, Jorge Brito,
Héctor Jara y Renán Valencia; tercera línea: Ángel
Segovia y Fernando Mondaca;
Abajo: Jaime Calderón. Al centro
de esta línea nuestro profesor
jefe Héctor Peña, a su
derecha el alumno sanfelipeño Marcos
Vásquez, líder estudiantil. Éramos cuarenta alumnos.
En la primera de las notas aludidas
recordamos a dos de nuestros profesores: Víctor Molina Neira y Pedro
Mardones Barrientos. Ahora entregamos algunos datos.
Víctor
Molina (Talcahuano, 1920 – Temuco, 2014), poeta, cuentista, ensayista y
académico universitario, experto en la
formación de maestros nacionales y extranjeros fue director de las Escuelas Normales de Viña del Mar y Santiago.
“Su obra literaria deambula en el sentido
trágico del mundo, donde la muerte es lo central”.
Obras publicadas:
- “Ensoñaciones” (poesía, 1935). Molina
tenía 15 años.
- “Látigo de caminos” (poesía, 1936).
- “La agonía cotidiana” (poesía, 1940).
- “Obras para teatro escolar” (1943).
- “Motivos del agua” (poesía, 1944).
- “El polvo y el viento” (1953).
- “El niño y los otros” (1991).
Las dos
últimas obras son recopilaciones de cuentos.
Pedro
Mardones (Ninhue, 1929 – Villa Alemana, 2007), poeta, cuentista, ensayista y
comentarista literario. Fue cofundador de la Sociedad de Escritores de
Valparaíso (SEV) y de la Agrupación Literaria Regional Valparaíso (ALIRE).
Publicó ocho poemarios, entre ellos “Campanas de Tiza”. Pero ante todo y sobre
todo fue una gran persona.
El tercer maestro, aludido en nuestra
segunda nota, José María Muñoz Hermosilla, relacionado con
nuestra ciudad, publicó, ya hacia
el fin de su carrera como
educador, su “Historia elemental
de la pedagogía chilena” (en 1918). Ignoramos si otro profesor quillotano (u otro estudioso) haya abordado un tema de esta envergadura.
Hace unos
días, revisamos esta obra de casi
300 páginas divididas en 12 capítulos
que abarcan dos épocas históricas: La Era Colonial y La Independencia. Consta
también de un Apéndice.
En la
breve Advertencia, fechada en
Valdivia, octubre de 1918, el autor
afirma “Esta modesta producción
manifiesta la observación paciente de cuarenta años. Como estudiante vasallo
del antiguo régimen docente, como
neófito apasionado de las doctrinas
nuevas, cúpome mui luego enrolarme en calidad de coactor entusiasta de la magna
empresa iniciada con la reorganización
de nuestras escuelas normales”.
El
autor se refiere a la
reforma del gobierno de Domingo
Santa María.