Los
conquistadores en México (detalle). Mural de Diego Rivera. Palacio Nacional.
México.
“La política sin
principios, el placer sin compromiso, la riqueza sin trabajo, la sabiduría sin
carácter, los negocios sin moral, la ciencia sin humanidad y la oración sin
caridad” son, según el Mahatma Gandhi (1869 – 1948), los factores que resultan más
destructivos para el ser humano. ¿Es utópico aspirar a erradicarlos en
nuestra ciudad y en nuestro país?
El primer
ministro británico Winston Churchill
(1874 – 1965) afirmó algo que deberían tener presente algunos
políticos: “El político
se convierte en estadista cuando
comienza a pensar en las próximas
generaciones, y no en las próximas elecciones”.
Lamentablemente,
los estadistas no gozan de la simpatía
de los poderes fácticos.
“El escritor-decía el joven Marx (1818 – 1883)-
debe naturalmente ganar dinero para poder vivir y escribir, pero en ningún caso debe vivir para ganar dinero… El escritor no considera en manera alguna sus trabajos como un medio. Son fines
en sí.”
¿Qué pensaría
el autor citado de escritores como el estadounidense Stephen
King?
En la página 151,
correspondiente al período 1920 – 1932
de su
historia de Chile, Cristián Gazmuri deja constancia, con cierta
frialdad, de la desaparición de etnias: “En el
extremo sur desde mediados
del siglo XIX había una guerra entre los colonos ovejeros y las etnias
fueguinas, Yamanas, Onas y Alacalufes. Los colonos contrataban cazadores
de hombres para que exterminaran a
los indios, que mataban sus ovejas para
alimentarse pues ellos habían
acabado con los guanacos, otrora su alimento.
El hecho es que
los pueblos primitivos desaparecieron. Los cazadores
debían exhibir piezas anatómicas, en especial orejas, para probar sus crímenes.”
El historiador
español José Luís Alonso Marchante publicó el año pasado “Menéndez. Rey de la Patagonia ”. José Menéndez el gran latifundista
patagónico, ordenó el genocidio.
En un artículo
sobre la
conquista de México el doctor en
Historia Juan Carlos Losada (español) hace
un descarnado análisis de las
consecuencias en España de la llegada de los tesoros americanos.
“La llegada de
oro y plata a la península ibérica
no supuso una mejora en la calidad de
vida de la mayoría de los españoles, ni
siquiera un impulso a la economía productiva. La nobleza y algunos comerciantes los invirtieron en bienes de
lujo y en acumular
tierras, lo mismo que la iglesia. En el caso de los
monarcas españoles, el río de oro y
plata mexicanos serviría para
pagar los miles de
mercenarios contratados para
las guerras interminables que
emprendieron contra Francia e Inglaterra
durante los siglos XVI y XVII. O a los
banqueros alemanes e italianos, que
habían adelantado enormes cantidades a intereses exorbitantes.
Los
deslumbrantes tesoros americanos daban a
la Corona
una sensación de mayor riqueza de la
que en verdad suponían, lo que
llevó a la monarquía a
endeudarse de manera creciente,
hasta alcanzar cuantías imposibles de
devolver. De ahí que se declarase en
quiebra en varias ocasiones. La afluencia de metales precioso, por
otra parte, provocó una enorme inflación que hundió a
los más humildes. Aquellos tesoros, obtenidos
con sangre y
horror, fueron contraproducentes
para la
sociedad española, que se
acostumbró a su llegada como solución
a una
falta de producción artesanal y
a una agricultura de muy bajos
rendimientos.
La metrópoli
descubrió y se apoderó de
enormes riqueza, pero en los siguiente siglos no dejó
de empobrecerse. Quizá fuese
ésta la venganza de Moctezuma.”
Para finalizar,
copiamos unas líneas del escritor español Jesús Callejo sobre una expresión
proveniente de la Edad
Media : “Las cuentas del
Gran Capitán; se dice de las cuentas donde figuran cantidades exorbitantes
y sin la debida justificación. La frase
alude a las controvertidas cuentas y gastos administrativos que Gonzalo Fernández de Córdoba (1453 – 1515),
apodado El Gran Capitán, presentó a los Reyes Católicos después de haber conquistado para ellos el
reino de Nápoles.”
(Fuentes: Revistas:
“Historia y vida” Nº526 y 525; “Le Monde
diplomatique” (junio 2014). Libros: “Historia de Chile” y “Misterios de la Edad Media ”).