Procesión del Pelícano Plaza de Quillota. Revista Semanal Ilustrada "Luz y Sombra" 12 de mayo de 1900.
No pocas veces la lectura de
textos relacionados con nuestra ciudad nos entrega informaciones dignas de
investigar. He aquí algunas.
En una carta, escrita en Ocoa el 15 de junio de 1837, doce día después
del apresamiento de Diego Portales en la plaza
de Quillota, José Rafael
Echeverría cuenta a un amigo santiaguino “que el señor Uribe, Vicario
Castrense y el señor Ortiz, Capellán del Ejército, han sido los peores, pues
iban exortando a la tropa para que pelease lo mejor posible, y Ortiz se puso á
la cabeza del cuerpo la tarde de la revolución, pidiendo á gritos se fusilase á
Portales, que hasta los mismos oficiales se escandalizaban.”
El primero de los nombrados, Juan José Uribe Rivas (1787 – 1857),
Vicario General Castrense del Ejército Restaurador, fue un sacerdote patriota,
electo diputado en 1823.
Poco sabemos del quillotano, José
Esteban Gutiérrez. En una nota anterior contamos que fue testigo presencial del Motín de
Quillota y del tiranicidio de Portales. Ahora,
damos a conocer que combatió, como sargento del segundo batallón
Aconcagua, el 20 de enero de 1839, en la
batalla de Yungay contra las tropas de la Confederación peruano-boliviana,
dejando un relato, inédito hasta 1985, publicado en “El Mercurio”. Sería
interesante conocer el texto completo
del documento ya que la segunda
expedición de la guerra se inició
el 7 de agosto de 1838, con la participación de Gutiérrez.
En su libro “Reminiscencias de un viejo editor” (1889), el inmigrante riojano José Santos Tornero -nacido en 1808
en Viniegra de Abajo-, quien junto a su descendencia se convertiría en referente
de la historia de la empresa editorial en Chile; recuerda cariñosamente sus vínculos
con Quillota, en especial con la familia de Loreto Fulner Gac, casa en donde conoció a Carmen Olmos de Aguilera Orrego, quien quedando huérfana desde niña
se había criado y educado en la casa de su madrina doña Mercedes Gac de Fulner.
“Las prendas personales y morales de la joven quillotana llenaron desde luego
mi atencion, y habiendo tenido la suerte de ser correspondido, y aceptado por los
parientes y madrina de la interesada, nos unimos en matrimonio el día diez y
ocho de Marzo de 1837, veinte y seis meses y rnedio despues de mi llegada a
Chile…”
Por su parte, la dama quillotana Loreto
Fulner Gac era la hija única del matrimonio conformado por don Enrique
Fulner (Foulkner) y doña Mercedes. Su retrato fotográfico se puede encontrar en
el Catálogo de Fotografía Patrimonial del Museo Histórico Nacional gracias a la
donación de don Federico Sánchez Errázuriz (ver link aquí). Al padre
ya lo hemos mencionado y merece
una nota aparte. Loreto se casó con José
Vicente Sánchez Bravo de Naveda y tuvieron 12 hijos: Teodoro, Adela, Eulogia,
Vicente, Melania, Enrique, Eugenio, Manuel Wenceslao, Mercedes, Ana María,
Ignacia, Enriqueta (casada con Joaquín Blest Gana, hermano del escritor). En la
nota sobre el bombardeo de Valparaíso
nos referimos a E. Fulner y al matrimonio.
“En 1878 la prensa local denunciaba la
presencia “inmunda y pestilente” de los “huasos”, elogiando por su
parte, a la policía que reprimió el “Torbellino de populacho” participante en
la procesión. Desde Valparaíso,…, se consideraba la fiesta campesina como un
“insulto para la sociedad y la moral”, un “chasco pesado, tan ridículo”.
Estas líneas pertenecen a un lúcido estudio del historiador
Maximiliano Salinas sobre el canto a lo divino y religión popular chilenos y
aluden a la Procesión del Pelícano y a los periódicos “El Pueblo de Quillota” y “La Alianza Evangélica ”
del puerto (1884), publicaciones conservadoras; intolerantes y clasistas, ya
que “el pelícano pasó a ser un símbolo religioso de las masas rurales” desde 1776 a 1906, por 130 años.
Siempre, entre los quillotanos de nacimiento importantes, se ha
considerado a Estanislao del Canto
(1840-1923), pero al leer el artículo biográfico “El general Estanislao del
Canto en la historia de Chile, 1840-1923” del historiador Alejandro San Francisco
me encontré con las siguientes palabras: “…había nacido en Talca en 1840,
más tarde se trasladó a Curicó, desde
donde emprendió su camino hacia la capital,…”. O sea, ningún vínculo con Quillota.
¡Hay que indagar!
Para finalizar esta nota,
leamos un telegrama: “A su Excelencia
Benito Mussolini. Roma. Constituyéndose hoy fuerte sección partido Fascista
Italiano en Valparaíso, mandamos a
vuestra Excelencia nuestro referente fiel saludo, auspiciando siempre mejores
destinos de Italia y alabando a nuestro amadísimo Soberano”. La
constitución fue el 24 de junio de 1923. Casi un año después, el 4 de
mayo de 1924, se fundó la segunda Sección
Fascista en Chile, bajo la
presidencia del mayor Alessandro
Vaglieco en Quillota.
El principio del fin de la
Italia de Mussolini fue el desembarco aliado en Sicilia en julio de 1943.
Otras fuentes no mencionadas: Revista Chilena de Historia y Geografía,
Guillermo de La Cuadra
Gormaz y la periodista Lorena Schaffeld. (NE)