jueves, 2 de julio de 2015

A propósito de otra obra de Graciela Illanes Adaro



Revisando el Nº25, invierno de 1983, de la  “Revista del Círculo”, órgano oficial  del Círculo Literario  “Quillota”, filial de la Sociedad de Escritores de Valparaíso (SEV), encontramos el comentario de Eddie Morales Piña(1) del texto de Graciela Illanes titulado “Poemas de amor y de  dolor” (Leo Ediciones, Santiago 1983), que transcribimos como  complemento de una nota anterior: “Quillota y su personaje más típico” donde reseñábamos la obra de la escritora.

Sobre la directora de la citada publicación, Lucía Lezaeta Mannarelli, ver dos de nuestras notas.

El Nº25 de la revista  contiene trabajos de  autores quillotanos: Emilio Carvajal Edwards, Marta y Raúl Morales Álvarez, Miguel Tapia González, Alejandro González, Dina Ampuero, Romeo Murga. Y escritores no quillotanos: Oriel Álvarez, Marcelo Novoa, Ana Julia Ramírez, Ronnie Muñoz, Modesto Parera, entre otros.

Recordamos, también, al grabador y pintor Álvaro Donoso Guerrero (1939-2010), Premio Regional de Arte “Camilo Mori” 1980, autor de la ilustración de la portada.

El artista viñamarino comenzó su formación artística en la Escuela de Bellas Artes de Viña del Mar donde se recibió como Maestro de Arte en 1962.  En el taller de Hans Soyka tomó contacto con la veta gráfica de la obra de Picasso y Toulouse Lautrec. Profundizó su formación con el maestro brasileño Roberto de Lamónica y en el taller de Osvaldo Guayasamín en Ecuador. Fue docente universitario en la Universidad de Chile y dirigió la Sala de Exposiciones El Farol, espacio dedicado a la labor creativa de artistas jóvenes. Dirigió la publicación de los periódicos Concursos de Arte Joven. Escribió artículos sobre arte, teatro y cultura en El Mercurio de Valparaíso y La Estrella de Valparaíso. Según el Centro de Documentación del Museo Nacional de Bellas Artes, en sus obras “se exhibe una tendencia surrealista con una mezcla de fino humor e ironía sacada de la lectura de Lewis Carrol, Ray Bradbury, Jorge Luis Borges e Italo Calvino. En ellas la mitología griega, el hombre, la anticipación de futuro, la naturaleza, animales, y sus constantes pájaros, especialmente la gaviota, se ven envueltos en atmósferas mágicas”.



“Poemas de  amor y de dolor”

Un nuevo título agrega a su ya interesante bibliografía la escritora Graciela Illanes Adaro, cuyo  nombre  aparece en el encabezamiento de  esta breve nota, publicado por Leo Ediciones, Santiago de Chile, 1983, con ochenta y nueve páginas de prosa poética que – a juicio de su  prologuista Luís Droguett Alfaro -  “trae ecos de Azorín a las  letras chilenas”.

La motivación inicial de la obra es un hecho doloroso para el hablante  lírico: la pérdida del  esposo, situación que le da a  esta  prosa poética un  carácter elegíaco  con tonalidades religiosas que  hacen  que  el recuerdo del amado ausente no  se  tiña con una desesperante angustia y rebeldía ante  los  designios de la Providencia: “Rezar, orar, cantar las súplicas nos  engrandece, porque nos  hace  superar nuestras débiles fuerzas. Pretendemos  llegar con  nuestros pedimentos a Aquel que  nos  redime  de toda inconformidad”. (“Plegarias”).

En un primer instante de la obra que  agrupa  los  poemas bajo  el título de “Alborada”, encontramos  que  la  naturaleza se convierte en  un  estado anímico a través del  cual el  hablante intenta aprehender al ser amado: “Señor, quiero  ver de  nuevo cómo  “la enamorada del muro” se  adhiere a él. Así quiero yo aferrarme A  su  corazón…El es mi muro. Yo  seré  su  trepadora. Quiero ir  cubriéndolo  completamente. ¡Qué pequeña parte he  abarcado aún! Iré con mis  zarcillos débiles, de modo casi  insensible, envolviendo su  ser”. (“Súplica”).

Los  sentimientos  nostálgicos se  hacen  presentes en  la  segunda parte de la  obra en  que predominan los poemas que  podríamos llamar  a la  soledad, pues  en  ellos el recuerdo de las vivencias con  el  esposo  ausente se  muestran con  mayor  intensidad, y  aún  ciertos  actos cotidianos realizados en  compañía del  ausente adquieren ahora una  connotación negativa: “No  me  complace ahora  hacer ramos de flores , porque tú no  estás  conmigo”. (“No ramos”)

Sin  embargo, “su fe cristiana, su  profunda formación religiosa y  filosófica la  salvan de todo  negativismo”, ya que  ante lo ineludible, ante  el  hecho  doloroso de la  muerte, viene la comprensión y la  certeza de  que el  espíritu  vive  en Dios, por  eso ese  tono de agradecimiento, de alabanza y  de júbilo con que se cierra el  libro:

 “¡Gracias, Señor, por  haberlo amado tanto! Gracias  por haberme  compenetrado en plenitud de la  profundidad del  sentimiento. Tú  que  eres  amor vivo, verdadero, eterno, pusiste  en  mi una  parte de tu sacro  corazón, y  supe lo  que  era  el  amor, amor humano, pero  que  tiene de divino cuando es  profundo, cuando  es  sincero, cuando  matiza de belleza todo lo  que  inspira”.

En síntesis. Graciela Illanes  Adaro  ha  escrito  una  interesante obra que  muestra líricamente la  unión definitiva  de  dos  almas más  allá  de la  muerte.



Notas

1 Profesor de Estado en Castellano por la Universidad de Chile. Magíster en Literatura por la Universidad de Playa Ancha. Profesor Titular de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Playa Ancha en las cátedras de Literatura Hispanoamericana y Chilena Colonial, Literatura Chilena, además de Literatura Medieval. Fue Subdirector y luego Director de la Nueva Revista del Pacífico. Es autor de diferentes libros entre lo que se cuentan: “De Literatura y Religiosidad” (1999), “Mito y antimito en García Márquez” (2002, segunda edición en 2011 por la Editorial Académica Española), “Diccionario (personal) de la Literatura Chilena. Tomo I. Época Moderna” (2003), “Lecturas sobre textos líricos” (2004), “Brevísima relación de la nueva novela histórica en Chile” (2005) y “Diccionario (personal) de la Literatura Chilena. Tomo II. Época Contemporánea” (2008).